"Es joven el que arriesga, el que sabe caminar, el que siempre
se pregunta sin volver la vista atrás. El que sabe hacer
historia, el que sabe transformar,el que es voz de los pequeños,
defendiendo la Verdad" (Fuente)
"La Juventud ha sido llamada por el Destino a la escena de la
Historia. ¿No nos comprenden los hombres envejecidos? No nos
comprenden porque la sagrada llamada del Destino sólo la podemos
oír nosotros, sólo nosotros la entendemos, porque, sólo a
nosotros está dirigida" (Codreanu,
Manual del Jefe,
Punto
72)
«Jóvenes son todos aquellos que tienen dentro del
pecho un corazón liberal –señalaba un artículo de comienzos de
siglo titulado “Gente nueva”–; los que entienden la
existencia como un sacrificio fecundo para el porvenir; los
enamorados del
Ideal que tuvo poder bastante para remozar a
Fausto. Los pocos años no son la Juventud.
Pidal era ya un fósil a las pocas horas de ser engendrado, y
Larra, si continuase viviendo sería tan muchacho como cuando
le apuntó el bozo»
(Teenage,
La invención de la juventud 1875-1945,
Prólogo, XX)
"Aquel que ama la
Naturaleza
mantiene vivo su Espíritu de Niño aunque sea todo un hombre, y
en el Bosque,
se quita sus años de encima, igual que una serpiente su vieja
piel, de modo que no importa cuántos años tenga, en el
Bosque es
siempre un niño. El
Verde otorga la Eterna Juventud, ya que la
Naturaleza siempre
viste los colores del Espíritu" (Fuente)
"La Juventud no es una época de la vida; es un
Estado Mental. No consiste en tener mejillas sonrosadas,
labios rojos y piernas ágiles. Es cuestión de Voluntad;
implica una cualidad de la Imaginación; un vigor de las
emociones; es la frescura de las profundas fuentes de la
Vida.
Juventud es el dominio temperamental del
Valor y el
Arrojo sobre la pusilanimidad de los apetitos; del
ímpetu aventurero sobre el apego a la comodidad. Esta
actitud a menudo se encuentra más en un hombre de
sesenta años que en un muchacho de veinte, pero nadie
envejece meramente por el número de años que ha
cumplido. Envejecemos cuando desistimos de nuestros
Ideales.
Los años pueden arrugar la piel; pero cuando se renuncia
al entusiasmo le salen arrugas al Alma. Las
preocupaciones, el temor, la falta de confianza en uno
mismo, encogen el Corazón y aniquilan el Espíritu. Lo
mismo a los sesenta que a los dieciséis, en todo Corazón
humano palpitan el ansia por lo maravilloso y el
constante apetito -como de niño- por lo que ha de venir
y la alegría inherente al juego de la vida. Eres tan joven como tu Fe y tan viejo como tu duda.
En el centro del Corazón -del tuyo y del mío- existe una
estación de radio. Mientras reciba mensajes de
Belleza, Esperanza,
Alegría,
Valor y Fuerza, tanto de los hombres como de la
Naturaleza y el Infinito, seguirás siendo joven.
Sólo si se abaten tus antenas, si tu Corazón fuera
mordido por el pesimismo y minado por el cinismo,
entonces sí habrás envejecido, aunque sólo tengas veinte
años. ¡Entonces que Dios se apiade de tu alma de viejo!
Pero mientras tus antenas sigan en alto, dispuestas a
captar las ondas del
Optimismo, serás siempre joven, aún cuando tu cuerpo
cargue ochenta años" (Fuente,
traducido
Aquí y
Aquí, y citado
Aquí)